LAS EMOCIONES DEL ACTOR
Un actor no puede emocionar al público si él no está sintiendo dichas emociones en escena. Si no está viviendo realmente la situación del personaje aquí y ahora en este momento, es imposible transmitir nada al público de forma verdadera y auténtica.
La cámara capta todo lo que nos pasa como actores, a ella no se le puede mentir. En un teatro, un actor puede no estar un día del todo conectado con la situación real del personaje, y con el juego de luces, la distancia con el público y ciertas expresiones y gestos pueden dar la sensación de que está llorando, por ejemplo. Pero esto no lo podemos hacer ante la cámara, ante ella todo tiene que ser real porque sino se verá el juego y dará pie a una interpretación dramatizada y poco creíble.
Es por eso, que existen tan pocos ensayos en el cine o la televisión, para que los actores no fijen lo que va a suceder sino que se dejen llevar por la situación que les pasa cuando oyen el «acción». Así que ya sabes: No fijes, déjate libre, experimenta momento a momento.
Pero… ¿Cómo podemos estar conectados como actores a todo lo que sucede en escena de forma real, auténtica y verdadera? A continuación, extraemos algunos consejos que solemos dar en nuestro curso de interpretación para que te familiarices con ello.
CONSEJOS PARA VIVIR REALMENTE LA HISTORIA DE TU PERSONAJE
Con el fin de evitar las generalizaciones y las falsas teatralizaciones como actores, debemos ampliar la perspectiva sobre nuestro sentido psicológico para así poder obtener reacciones CREÍBLES . Para ser actor o actriz es necesario conocer mucho la naturaleza humana, porque de este modo podremos comprender porque actuamos en nuestra vida como lo hacemos o qué nos lleva a ello. Conocerte a ti mismo, analizar tus comportamientos, actitudes, cambios de humor, debilidades, tu sombra… te ayudará a identificar las emociones de los personajes.
Así que para evitar caer en la tentación de forzar y esbozar superficialmente a los personajes, da rienda suelta a tus reacciones psicológicas y deja que se adueñen de ti de manera diferente cada vez que practiques tu escena o monólogo. Y, sobre todo, huye de los prejuicios que se asomarán sobre tus resultados emocionales o sobre tus acciones, porque siempre proceden de la CRÍTICA y ésta no te dejará crear libremente.
Para ello, te ayudará:
CREER EN LAS CIRCUNSTANCIAS PREVIAS DEL PERSONAJE
Las circunstancias previas son los hechos que acaban de sucederle a tu personaje justo antes de empezar su escena o monólogo. Estos hechos es necesario recrearlos dentro de ti, es decir, debes creer en ellos hasta hacerlos reales para evitar actuar generalidades y que de este modo puedan salir emociones reales.
Por ejemplo, no es lo mismo tener una discusión por celos con una pareja, con una amiga o con una hermana. En los tres casos vamos a vivir una discusión y el tema en común son los celos, pero las emociones que experimentes no serán las mismas, si tu novio te ha sido infiel, si tu hermana ha conseguido un casting que tu deseabas o si tu amiga ha decidido que quiere que sea su testigo de boda otra amiga. Si cogemos nuestro texto, lo memorizamos y probamos a actuar el enfado y los celos en general, en lugar de centrarnos en lo que nos ha sucedido concretamente y lo que nos hace sentir ese hecho, obtendremos una interpretación muy por debajo de nuestras posibilidades. Se convertirá en un texto aprendido de memoria y dicho de una manera más o menos bonita, pero desde luego, no una interpretación creíble, que nace de impulsos reales concretos.
Para ello te ayudará responder las siguientes preguntas: ¿De dónde viene el impulso de tu primera frase? ¿De dónde vienes? ¿Dónde estabas? ¿Qué acaba de ocurrir? ¿Cómo te sientes justo ahora antes de empezar a hablar? ¿Por qué estás justo aquí, en este preciso momento dispuesto a decir lo que vas a decir?…
TENER IDENTIFICACIONES PERSONALES COMO ACTOR
Aquí puedes recorrer dos caminos:
- Te puedes identificar con la historia del personaje utilizando toda tu imaginación para recrear en tu mente la situación que le sucede al personaje. Es decir, imaginando cómo te sentirías tú si te sucediese lo mismo que al personaje al detalle como si fuera tu propio mundo.
- O buscar identificaciones en tu vida personal, es decir: ¿A qué se parece esta situación en tu vida real? ¿A qué te recuerda? ¡OJO! Esto no significa que debes buscar situaciones totalmente idénticas en tu vida, sino situaciones que te hayan hecho sentir de una manera similar, para que puedas revivir esos sentimientos y emociones que sentiste, y de este modo, aplicarlo al personaje y a la nueva historia. Nunca para que te dejes llevar por el recuerdo de tus experiencias pasadas, evadiéndote de la historia que le sucede a tu personaje aquí y ahora..
DISPONER DE UN BANCO DE IMÁGENES COMO ACTOR
Es fundamental tener una línea de pensamiento mientras actuamos. Es decir, conseguir llegar a pensar con los pensamientos que tendría nuestro personaje. Pero muchas veces cuando estamos teniendo una conversión sobre un tema concreto, lo que nos suele venir en gran medida a la mente son imágenes al respecto de lo que estamos hablando.
Si estoy teniendo una conversación con una amiga sobre los desprecios que me ha hecho otra amiga en común, necesitaré tener en mi mente las imágenes concretas de esos desprecios para poder hablar de ellos y que, de este modo, me invada la emoción concreta que me provoca cada uno de ellos.
Por tanto, como actor o actriz debes tener tu propio banco de imágenes a partir de tu imaginación o imágenes reales vividas. Lo importante es tener imágenes a las que recurrir y un punto de vista al respecto para despertar nuestras emociones.
PONER TU FOCO DE ATENCIÓN EN EL OBJETIVO DEL PERSONAJE
Ten clara tu intención, tu objetivo: ¿Qué quieres y qué vas a hacer para conseguirlo? Siempre hay que intentar afectar a la otra persona, cambiarla. No olvides que tu foco de atención siempre está en tu compañero o compañera de escena: ¡SIEMPRE!
ERRORES QUE TE IMPIDEN VIVIR DE VERDAD EN ESCENA
- Pensar en CÓMO tienes que sentirte o cómo tienes que interpretar: No juzgues de antemano cómo te vas a sentir ni dónde va a sorprenderte el sentimiento. Nunca debes pensar en «cómo hacer o decir tus frases» porque de este modo te estás dirigiendo, no viviendo lo que realmente sucede en la escena.
- Bloquear los sentimientos reales que te invaden cuando brotan de tu interior. Sigue siempre tus impulsos, sin cortar absolutamente nada, ellos salen de ti de forma instintiva y real.
- Establecer anticipadamente lo que sientes en momentos concretos de tus ensayos.
Puede servirte de ayuda nuestro post sobre el pánico escénico para cuando llegues a tener bloqueos.