CÓMO PREPARAR UN MONÓLOGO
En la mayoría de las obras de teatro, películas y series, son habituales los diálogos, pero también podemos encontrar momentos dónde los personajes realizan monólogos. Aunque curiosamente los monólogos no abunden tanto como las escenas dialogadas, sí son importantes para el trabajo del actor y puede que los necesite en la mayoría de los castings.
Para un actor o actriz ponerse delante de un director de casting en una habitación o escenario vacío no suele resultar nada fácil, consiguiendo así una actuación poco natural. Por ello, vamos a intentar ayudar a que esa experiencia sea un poco más fácil.
¿QUÉ ES UN MONÓLOGO?
Un monólogo es un fragmento de texto dicho por un solo personaje sin que obtenga la réplica de otro personaje. Puede tratarse de una reflexión que realiza el propio personaje, un momento íntimo dónde abra su mundo interior a la persona con la que habla, dónde cuente un relato con un fin, para conseguir un objetivo determinado mediante una serie de estrategias…
PASOS PARA PREPARAR UN MONÓLOGO
ANÁLISIS DE TEXTO DEL MONÓLOGO
Es fundamental leer con detenimiento todas y cada una de las palabras que tenemos en el monólogo. De lo contrario empezaremos a imaginar una historia dónde es probable que no encajen todas las frases porque no se han estudiado a fondo.
En el texto se encuentran todas las claves que necesitamos para interpretarlo. Cuantas más lecturas realicemos, más datos y matices encontraremos con los que poder trabajar.
Debemos conocer a fondo el contexto en el que se desarrolla nuestra historia, qué ha sucedido antes para tener esta necesidad de expresar estas palabras, cómo es mi personaje, qué carácter y estado de ánimo puede tener justo en este momento para narrar esta historia, qué progresión experimenta…
(Nuestro post sobre análisis de texto puede ayudarte a resolver muchas dudas).
ANÁLISIS DE LA FORMA Y ESTILO DEL MONÓLOGO
La forma en la que está escrito un texto aporta muchos datos para poder interpretarlo. No es lo mismo un punto y seguido que uno y aparte; unos signos de exclamación o abundantes interrogaciones… Las expresiones utilizadas nos aportan información sobre el tono del monólogo y qué camino debemos seguir como actores: cómico, serio, irónico, dramático…
Hay que tratar de averiguar cuál es la intención del escritor ya que tu interpretación deberá estar marcada por ello. ¿Se trata de un drama? ¿Una farsa? ¿Una comedia negra?
MEMORIZACIÓN DEL MONÓLOGO
Es fundamental tener el texto totalmente memorizado para poder jugar y dejarnos llevar como actores para crear nuestro monólogo. Estamos solos, no tenemos réplica de ningún personaje, por lo tanto no tenemos la complicación de la memorización de los diálogos, donde debemos saber que contestan el resto de personajes. De manera que, memorizaremos el texto del tirón, sin intenciones, de forma neutra, como si se tratara de una tabla de multiplicar. Debemos ser capaces de decirlo en voz alta lo más rápido posible para no fijar una forma determinada de decirlo. No podemos caer en el error de pensar cómo debemos decir cada frase, esto estará determinado por cómo nos sintamos, cómo nos afecta la historia, qué queremos conseguir… en el momento en el que nos pongamos a interpretar.
(Obtén más información en nuestro post sobre técnicas de memorización).
MOVIMIENTO: EL CUERPO DEL ACTOR EN UN MONÓLOGO
Muchos actores suelen interpretar los monólogos totalmente quietos, bien sea de pie o sentados. Esto lo que provoca es una interpretación poco realista y natural, porque los seres humanos no solemos estar completamente quietos cuando hablamos con alguien. Nuestro cuerpo también se expresa, siente impulsos, adopta una serie de movimientos y posturas según la situación que estemos viviendo. Si queremos convencer a alguien de algo concreto, normalmente, tendemos a adelantar nuestro cuerpo hacia esa persona, sobre todo si estamos insistiendo porque no lo estamos consiguiendo. O, por el contrario, si nos estamos defendiendo de algún ataque o nos sentimos dolidos, solemos adoptar una postura de defensa, más distanciada. Si queremos consolar, solemos acercarnos, tocar incluso a la otra persona… Dependiendo de las situaciones que imaginemos y sintamos, nuestro cuerpo también deberá hacerlo, rompiendo el hieratismo con el que nos solemos colocar cuando interpretamos un monólogo.
¿A QUIÉN HABLAS EN UN MONÓLOGO?
Que tengamos que decir un texto solos, sin obtener contestación de otro personaje, no significa que estamos hablando solos. Nuestras palabras en un monólogo siempre van destinadas a otro personaje, por tanto, debemos imaginar aunque estemos delante de una cámara o frente a una pared vacía a esa persona con la que hablo. Y no sólo eso, sino que deberemos imaginar cada una de las reacciones físicas (o sus ganas de hablar y contestar aunque no le dejes) que tiene esa persona ante nuestras palabras. La relación que se establece entre tú y esa persona es lo más importante que se desarrolla en el monólogo, por tanto, hay que vivir el momento presente con ella. Deberás imaginar todas sus reacciones, cómo le afectan y provocan tus palabras… y a su vez, todo lo que le suceda a esa persona, deberá repercutirle a tu personaje, afectarle de una determinada manera.
Con este trabajo de imaginación, conseguirás involucrarte totalmente en la historia de tu personaje y dejarás de actuar para ti mismo, como si estuvieras solo.
EL OBJETIVO DEL PERSONAJE EN UN MONÓLOGO
Todo lo que dices es para conseguir un objetivo. Esta persona y este texto cumplen una determinada función para la historia de tu personaje. Estás aquí, con esta persona, diciendo esto porque necesitas algo de ella. Hay que especificar, por tanto, qué quieres provocar en el otro, qué deseas obtener, qué necesitas de él. Y cada una de tus frases son para conseguirlo.
LAS RAZONES DEL PERSONAJE EN UN MONÓLOGO
¿Qué le ha sucedido a tu personaje para querer lo que quiere? ¿Cuáles son sus razones? ¿Cuál es su historia anterior? Hay que tener en cuenta todo lo que se describe del pasado de tu personaje en el texto. Si hay datos que quedan muy abiertos o incompletos, que sean necesarios para el presente de tu personaje, entonces deberemos aportarlos de nuestra propia cosecha, basándonos en la descripción y carácter del personaje aportados en el propio texto. Es decir, no se puede inventar cualquier cosa.
Y ¿Cuáles son las circunstancias previas de tu personaje?¿Qué acaba de suceder justo antes de empezar a hablar? ¿En qué LUGAR te encuentras y qué estabas haciendo para llegar a este impulsos de querer decir estas palabras del monólogo.
EVOLUCIÓN DEL PERSONAJE EN UN MONÓLOGO
La vida de tu personaje no puede empezar con la primera palabra que pronuncies, ni terminar en la última palabra. Antes de que empieces a actuar, a tu personaje le ha sucedido algo que motiva las palabras que va a decir, por tanto, debemos empezar por ahí, por ese impulso, esa motivación. En el inicio del monólogo deberás recrear ese momento previo para empezar a interpretar desde la reacción a lo que acabe de suceder y el impulso que motive tus palabras.
Y lo mismo sucede en el final: la historia no finaliza según termine la última palabra, sino cuando reacciones a ella. ¿Qué ha cambiado en tu personaje desde que empieza el monólogo hasta que lo termina? ¿Has conseguido tu objetivo? ¿Cómo se siente ahora?
La clave para hacer que un monólogo funcione es hacer que tu personaje comience en un estado y termine en otro diferente. Es decir, que el personaje tenga una evolución, que se deje tocar y afectar por las relaciones que se establecen en el monólogo con la otra persona, que haya cambios de actitud, giros, un amplio arco de personaje.
BENEFICIOS DE TRABAJAR MONÓLOGOS
- ENTRENAMIENTO ACTORAL: un actor debe estar en entrenamiento continuo para pulir su técnica y dotes interpretativas. Y la mejor forma para conseguirlo es trabajando monólogos, ya que es una herramienta que te permite trabajar solo, en tu intimidad, por y para tí. Permitiéndote investigar tus capacidades, arriesgar y crear libremente.
- FOMENTAN LA IMAGINACIÓN: al no disponer de otro compañero, te fuerzas a recrear en tu imaginación a otra persona, sus reacciones, su actitud, sus expresiones… y a dejarte llevar por ellas.
- ANÁLISIS DE TEXTO: enfrentarse habitualmente a monólogos, mejora tu capacidad de análisis de textos dramáticos, ya que constantemente estás relacionándote con deseos, objetivos, conflictos, razones, estrategias… de personajes.
- RETOS: al tratarse de un entrenamiento individual, puedes dedicar tiempo a investigar distintas propuestas, jugando distintas líneas de pensamiento, eligiendo textos cada vez más complicados…
- AUTOANÁLISIS: si te acostumbras a grabar tus monólogos, obtendrás una herramienta muy eficaz para realizar un estudio exhaustivo de tus capacidades interpretativas, sirviéndote de guía para mejorar.
- CREACIÓN DE MATERIAL: el grabar constantemente monólogos, no sólo te aportará beneficios interpretativos, de capacidad de análisis y entrenamiento actoral, sino que además te ayudará a entrenar tus capacidades técnicas para obtener vídeos profesionales y poder generar material de calidad para tu videobook.
¿CUÁNDO NECESITA UN ACTOR UN MONÓLOGO?
- CASTINGS: en los casting, los directores suelen repartir una separata que quieran que te prepares, pero muchas veces, como algo complementario te pueden pedir que interpretes algún monólogo que tengas preparado. O en otros casos, cuando contactan con gente joven que no dispone de material con el que poder valorarles, les suelen pedir un monólogo para ver que cómo se desenvuelven con textos interpretativos. Por ello, te recomendamos que siempre tengas un par de monólogos preparados a fondo, que sean distintos entre sí (por ejemplo drama y comedia).
- ACCESO A ESCUELAS: los monólogos son también un medio de selección para acceder a pruebas de acceso a escuelas privadas o públicas. Normalmente, suelen, pedir varios: uno escogido de una selección que ellos plantean y otro de libre elección. Por lo que, es preferible tener cuanto antes un repertorio propio de monólogos que puedas utilizar cuando los necesites.
- VIDEOBOOKS: como ya hemos comentado en muchos posts anteriores, el videobook es un material que necesita renovación constante (no se puede enviar a un director de casting, dos veces el mismo material). No siempre es fácil contar con la disponibilidad de compañeros con los que poder entrenar y grabar escenas, por lo que con los monólogos podrás generar ese material constante cuando lo necesites, ya que sólo depende de ti.